Cómo afectan las altas temperaturas al vuelo

El calor puede ser un factor de riesgo al despegar

Este año, el verano ha llegado antes de tiempo: Las altas temperaturas llevan días acechando y parece que no van a cesar. Por ello, hoy nos preguntamos: ¿Afecta la temperatura al vuelo? Y la respuesta es sí. 

De hecho, tendemos a pensar que el aire que nos rodea siempre es igual, pero en realidad, no es así. La presión, la temperatura, el viento, la humedad… Cada día son distintos y esto hace que un avión, en cada despegue y aterrizaje, se encuentre con unas características del aire completamente distintas. 

Cuando la temperatura aumenta, la densidad del aire disminuye. Y os preguntaréis: ¿Y esto afecta la calidad del vuelo? Pues la verdad es que sí: En un entorno con alta densidad del aire, las alas de un avión podrán hacer con facilidad su trabajo y elevarse de la pista con suficiente margen de seguridad. Ahora bien, cuánto menor sea la densidad del aire, más complicado será despegar con total seguridad. 

Así pues, los días calurosos de verano, en los que la densidad del aire y la presión bajan y la temperatura incrementa, son las condiciones en las que más le cuesta a un avión volar. Por ejemplo, en el caso de los aviones comerciales, en países donde las temperaturas son más extremas como Estados Unidos, en Phoenix concretamente, en 2017 se tuvieron que cancelar unos 40 vuelos porque los 48,8 grados impedían que uno de los modelos de American Airlines, CRJ, pudiera operar con seguridad.